jueves, 26 de enero de 2012

¿A qué esperamos para renovar nuestra oferta?






Sergio Corral 26/01/2012

Que en España tenemos una cantidad de playas de una calidad sin igual lo sabe todo el mundo. Que en España tenemos una costa repleta de opciones para disfrutar de unos dias de "descanso" también lo sabe todo el mundo. Ahora bien, ¿Ésta oferta es para siempre?. Me he preguntado cientos de veces qué pasará cuando los "guiris" se cansen de tanta playa, paellita, cerveza y olé olé. Hagámos un símil con los automóviles: La gasolina sabemos que se va a acabar en un futuro no muy lejano, por lo tanto, estamos desarrollando nuevas tecnologías para que no nos pille el toro. Asi pues, ¿Qué haremos en España cuándo se acabe nuestra particular fuente de gasolina anglogermana? Pienso que ya deberíamos haber diversificado más nuestra oferta de cara a los turistas internacionales.

Pongámonos a analizar lo que tenemos que ofrecer aparte de las costas. Contamos con un patrimonio histórico, que además se encuentra repartido por toda la geografía. Contamos con un sinfín de posibilidades de turismo rural. Contamos con una gastronomía exquisita... ¿Acaso los demás paises no tienen monumentos, campo y comida? Señoras y señores, hay que innovar.

Entramos en un terreno en el que cada ciudad y cada comunidad tiene que pelear por atraer el turismo con lo que se le ocurra y pueda ofrecer. Y aquí es donde se me ilumina la bombilla, pero debido a los tabús de la sociedad y la forma en la que me miran cada vez que lo digo, voy a decirlo en bajito... ¿coffeshops?



Recientemente en los Países Bajos ha entrado la ley para evitar que los turistas no residentes puedan entrar a los locales en los que los estupefacientes (hachís y cannabis) son servidos con la misma libertad y normalidad con la que uno pide un café con leche. Y vaya por dónde, no tiene fama Ámsterdam de ser una ciudad repleta de toxicómanos o que los "drogados" te vayan agrediendo por la calle.

Asi pues, aprovechando que el único lugar para realizar este turismo ha salido voluntariamente del negocio, ¿Porqué no aprovecharlo nosotros?. La gente rápidamente tiraría de los clichés más repetidos, a veces hasta rayantes, tales como "Muy bien, así los niños tienen más cerca las drogas", o "Lo que faltaba, más droga circulando"... ¿Acaso los jóvenes de 15 años no tienen hoy en día acceso prácticamente libre a las drogas? Además, tenemos un magnífico DNI electrónico para controlar perfectamente quién entra a ciertos locales.

Pero por si no os convence, voy a seguir dando más datos favorables. Si hay una plataforma de locales mediante la cual puedes adquirir estas sustancias a un precio mayor que en la calle pero de forma legal, estoy seguro de que habrá gente que prefiera hacerlo de ésta manera.

Al las administraciones autonómicas puede salirle rentable el negocio, y si no, echemos cuentas. Pongamos que el precio del cannabis en la calle ronda los 4€ el gramo (aquí es donde se confirma que no entiendo del tema, por si teníais dudas). Con los gastos de transporte y derivados de la venta en el local, el gramo más los gastos pueden subir a 6,50€. Pero claro, si en Ámsterdam el precio del gramo se pagaba a unos 12€... ¿Qué pasa con ese dinero restante? Impuestos. Pues sí, al final a la administración le saldría rentable, porque si un local situado en el centro de Madrid donde fácilmente podrían vender 120 gramos de cannabis al dia con un total de impuestos que asciende a 660€ por dia, todo ello multiplicado por los locales que vendan... en fin, una pasta.

Y todo esto no solo para recaudar de los residentes, sino para atraer una rama del mercado turístico que reclama un lugar en el que poder disfrutar de una de sus aficiones, junto a un país repleto de otras opciones.

Entonces, ¿Cuál es el problema? ¿Que tenemos un tabú anclado en la sociedad? ¿Pero la humanidad avanza? Porque a veces da la sensación de que estamos más agusto cuantas más prohibiciones tengamos...




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1 comentario:

  1. Buena reflexión, innovar es necesario,además siendo el turismo uno de los motores económicos más importantes de España no estaría de más que algunos se lo plantearan,como una medida para paliar en lo que se pueda la crisis.Aún así,las "barreras sociales" hacen de todo esto una utopía, el cuento de la lechera vaya...

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